Internacional

La comunidad internacional se expresó sobre la situación

Líderes de gobiernos y organizaciones internacionales se pronunciaron sobre la situación en el país vecino derivada de la renuncia del presidente Evo Morales, tras las presiones de la oposición y las Fuerzas Armadas, luego de que la OEA denunciara irregularidades en las elecciones del 20 de octubre pasado.

Estados Unidos, el gobierno interino de Venezuela designado por el parlamento y el Vaticano rechazaron la posibilidad de que haya sucedido un golpe de estado, mientras Rusia, México, Uruguay y la administración chavista venezolana opinaron que sí lo hubo.

En tanto, los gobiernos de Paraguay y Perú, así como la Unión Europea (UE) y la Organización de Estados Americanos (OEA) prefirieron mantenerse al margen de la polémica sobre si hubo un golpe de estado o no.

México, que anunció que concedió asilo político a Morales, consideró que la salida del mandatario fue «un golpe» y aseguró que «mantendrá su posición de respeto a la democracia y las instituciones», según su canciller, Marcelo Ebrard.

También criticó a la Organización de Estados Americanos (OEA) por entender que «a pesar de la gravedad de los acontecimientos, su respuesta fue el silencio», y pidió una reunión urgente del organismo, que luego anunció que se realizará mañana.

La cancillería de Rusia dijo en un comunicado que «una oleada de violencia desatada por la oposición impidió agotar el mandato» de Morales, «siguiendo las pautas de un golpe de estado orquestado».

Uruguay, también a través de su cancillería, expresó que «no existe argumento que pueda justificar estos actos», a los que calificó como «golpe de estado» y «quiebre del estado de derecho».

En Venezuela, el presidente chavista Nicolás Maduro dijo por televisión: «No aceptemos este golpe de estado y cuidemos la vida del compañero Evo Morales, que está en peligro».

En cambio, el mandatario interino, Juan Guaidó, sostuvo que la situación en Bolivia es consecuencia de la protesta de «todo un pueblo exigiendo» elecciones libres después de que «hubo demostración de un fraude electoral», y agregó: «No podríamos hablar entonces en este momento de golpe de estado».

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sostuvo que «la salida de Morales preserva la democracia y abre el camino para que el pueblo boliviano haga que se escuche su voz» y subrayó que se trata de una advertencia para «los regímenes ilegítimos de Venezuela y Nicaragua».

En el Vaticano, el sitio web oficial Vatican News manifestó que Morales «anunció en una conferencia de prensa su salida del gobierno» e informó que los obispos católicos bolivianos «se reunieron en un diálogo constructivo» con representantes de partidos y comités cívicos opositores al mandatario dimitente.

El presidente de Paraguay, Mario Abdo Benítez, afirmó que esperaba una resolución «pacífica y dialogada» de la crisis, y deseó que «el pueblo», que «es el soberano», «hable libremente y se respete la voluntad del pueblo».

En Perú, el primer ministro, Vicente Zeballos, dijo que no calificaría «si ha habido golpe o no», pero subrayó que «lo cierto es que ha habido una renuncia formalizada y está siguiéndose el procedimiento constitucional de la sucesión».

Mientras tanto, la OEA sostuvo en un comunicado que «rechaza cualquier salida inconstitucional a la situación» y pidió que «en forma urgente se reúna» el parlamento de Bolivia para «asegurar el funcionamiento institucional y nombrar nuevas autoridades electorales que garanticen un nuevo proceso electoral».

Asimismo, la alta representante para la Política Exterior de la UE, Federica Mogherini, remarcó el deseo de que «todas las partes» en Bolivia «ejerzan contención y responsabilidad, y lleven al país pacíficamente a nuevas elecciones», a las que el bloque enviará una misión de observación si se lo solicitan «y las condiciones son correctas».

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