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Cartas bomba: ahora interceptaron un sobre para Robert de Niro

Los Clinton, Barack Obama, CNN, el millonario George Soros, y ahora Robert de Niro. La Policía de Nueva York está investigando un paquete con un artefacto explosivo enviado a en un restaurante propiedad del actor estadounidense, último blanco de la serie de sobres bomba para críticos de Donald Trump.

Por el momento la Policía no ha dado más datos acerca del contenido del paquete sospechoso en el local del famoso intérprete estadounidense.

Este suceso tiene lugar después de que en los dos últimos días se hayan detectado otros paquetes enviados a expresidentes y figuras cercanas al partido democrático, todos denostados por el presidente Donald Trump.

El envío de los paquetes explosivos ocurre en medio de un panorama político ya muy tenso por las cruciales legislativas de mitad de mandato del 6 de noviembre, vistas como un referendo para el mandatario y el gobernante Partido Republicano.

Trump afirmó el miércoles en la noche que «todo acto o amenaza de violencia política es un ataque contra la propia democracia». Pero al mismo tiempo llamó a los medios de comunicación a «cesar las hostilidades sin fin y los (…) ataques negativos constantes y a menudo falsos», durante un acto de campaña en Wisconsin.

La serie de supuestos explosivos se inició el lunes con la detección de un paquete sospechoso en la residencia de Nueva York del multimillonario y filántropo George Soros, donante de Clinton. «Los dispositivos parecen ser bombas caseras», dijo Bryan Paarmann del FBI.

«No tengo certeza en este momento de que (quien esté detrás de esto) sea una persona o una red», dijo a CNN el jefe de la policía de Nueva York, James O’Neill, confiando en que los responsables podrán ser identificados y arrestados en los próximos días.

Al menos seis paquetes sospechosos fueron interceptados en Nueva York, Washington y Florida, dirigidos también a destacados demócratas afroestadounidenses: el exfiscal general de Obama, Eric Holder; y la legisladora de California Maxine Waters.

Todos fueron enviados por correo en sobres con interior de plástico con burbujas, etiquetas de dirección impresas en computadora y seis sellos con la bandera estadounidense. El remitente era el mismo: la legisladora por Florida Debbie Wasserman Schultz, expresidenta del Comité Nacional Demócrata.

En Twitter, la etiqueta #MAGABomber era tendencia, con usuarios inundando la red social con acusaciones de que Trump había incitado estos intentos de atentado y destacando sus duros comentarios en el pasado contra los destinatarios de los paquetes.

Según críticos, con su lema «Make America Great Again» (Que Estados Unidos sea grande otra vez) el mandatario alienta a extremistas de derecha.

Trump, muy cuestionado hace poco por respaldar a un legislador que había atacado a un periodista, suele denunciar a la prensa crítica de fabricar «noticias falsas». «Hay una total y completa falta de comprensión en la Casa Blanca sobre la gravedad de sus continuos ataques a los medios», dijo el presidente de la CNN, Jeff Zucker. «Las palabras importan. Hasta ahora, no han demostrado entender eso», agregó.

Hillary Clinton agradeció al Servicio Secreto por haber detectado la bomba y expresó su preocupación por lo que calificó como «tiempos difíciles» en Estados Unidos. «Es una época de divisiones profundas y tenemos que hacer todo lo posible para unir a nuestro país», dijo en un acto en Miami.

Los líderes demócratas en el Congreso, el senador Chuck Schumer y la representante Nancy Pelosi, acusaron a Trump de condonar «la violencia física y dividir a los estadounidenses».

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