Internacional

Trump y Putin: entre la desconfianza y la «química»

Después de acordar un alto el fuego en el suroeste de Siria, Donald Trump pareció reencausar su relación con Vladimir Putin, a raíz de la supuesta intervención de Moscú en las elecciones de Estados Unidos.

Sin embargo, hay quienes creen que el ganador de este duelo diplomático fue el presidente ruso.

Putin se mostró como un político experimentado en la cumbre del Grupo de los veinte (G20) países más desarrollados y emergentes del mundo, que este sábado concluyó en Hamburgo, Alemania.

Allí, como era de esperar, volvió a primar la buena “química” entre ambos líderes, similar a la que ya existía en los tiempos en que Trump luchaba por vencer a la demócrata Hillary Clinton en las pasadas elecciones de noviembre.

El líder ruso negó la participación de Moscú en los ataques cibernéticos que perjudicaron a Hillary (quien se opuso a la invasión de la península ucraniana de Crimea en marzo de 2011), y le pidió pruebas de las investigaciones realizadas por los servicios de inteligencia norteamericanos.

Putin fue, quizá, la prueba de fuego que debió afrontar el empresario neoyorquino, debilitado frente al resto de los países del grupo por su posición contraria al Acuerdo climático de París, firmado en diciembre de 2015.

Trump quedó solo frente al resto del G20, liderado por la jefa del gobierno alemán, Angela Merkel.

Y cuando los demás líderes lo presionaron para que revea su posición, volvió a mostrarse intransigente para reducir los efectos de los gases contaminantes.

Obviamente, China también le dio la espalda.
“El acuerdo de París sobre el cambio climático es un consenso importante que no se logra en forma fácil y no debe darse por perdido fácilmente”, dijo el presidente chino, Xi Jinping.
Tampoco lo favoreció a Trump su posición contraria al libre comercio. Pero quienes pensaban que el jefe de la Casa Blanca iba a hacer gala de toda su verborragia para tratar de erigirse en la figura del G20, quedaron desilusionados luego de la primera reunión que mantuvo con Putin.

En el segundo día de la cumbre del G20, Trump robusteció su relación con la primera ministra británica, Teresa May, negociando un acuerdo que será “muy potente” en el ámbito comercial, según las propias palabras del magnate norteamericano.

En ese marco, May inició también las negociaciones para retirar a Londres del bloque de la Unión Europea (UE).
Otro tema de discusión entre Trump y Putin fueron los ensayos nucleares de Corea del Norte, especialmente la reciente prueba de un misil balístico intercontinental con el que Pyongyang podría llegar hasta Alaska.

En este tema también aparece Rusia, donde Putin se mantiene al lado de China, aliado de Norcorea y principal destino de sus exportaciones de carbón.

Durante la reunión, de dos horas, hubo otra noticia importante: se acordó abrir un canal bilateral de comunicación entre Moscú y Washington para abordar el conflicto separatista en Ucrania.

La cumbre no empezó bien para Trump luego de que la primera dama polaca, Agata Komhauser, dudó en saludar al mandatario norteamericano y, a continuación, le dio la mano a su esposa, Melania Trump, dejando en ridículo al magnate. Antes del inició del G20, Trump se dio un baño de masas durante un acto realizado en Varsovia, Polonia, donde gobierna el ultraconservador partido Ley y Justicia (PiS).

En la capital polaca, el mandatario estadounidense pidió a Moscú que deje de implementar “políticas de desestabilización” en otro países.

La prensa norteamericana siguió el G20 con atención, y el diario The New York Times calificó el encuentro de Trump con Putin como “la hora de la verdad o el momento decisivo” entre ambos líderes.

Para Trump, que impulsa el proteccionismo económico, el
G-20 volvió a ser una nueva experiencia a nivel mundial.
Quizá, como dijo recientemente el presidente de Francia, Emmanuel Macron, fue “el regreso a la razón” del magnate, cuyas extravagancias y mensajes xenófobos han sorprendido al mundo.
Más allá de sus éxitos y de sus fracasos, la cumbre volvió a confirmar algunas cosas que anteriormente había dicho Trump relacionadas con Estados Unidos.

Cuando un periodista le preguntó si aún quería que México pagara la construcción de un muro en la frontera sur con Estados Unidos, respondió: “Absolutamente”.

El G20 tampoco escapó a la mirada critica del papa Francisco.
El pontífice se manifestó preocupado por las alianzas entre potencias que -en su opinión- tienen una visión distorsionada del mundo, como Estados Unidos y Rusia, China y Corea del Norte, Putin y (el presidente de Siria, Bashar al) Asad”.
Para Francisco, el G20 afecta sobre todo a las masas de “migrantes” que escapan del hambre y la miseria (como en algunas zonas de América latina y África), o que huyen de la guerra y golpean las puertas de la Vieja Europa.

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