ROJO DE BRONCA
Después de más de 7 meses Central Córdoba volvió a jugar de manera oficial y perdió, tal como había pasado ante Newell’s a mediados de Marzo, en este 2020 que quedará en la historia. La poco estimulante Copa de la Liga Profesional sirve de marco para un plantel «Ferroviario» prácticamente nuevo, y el debut ante Independiente (Avellaneda, Buenos Aires) dejó una sensación de injusticia por el resultado, pero también de incertidumbre por el juego.
El gol de Riaño en contra fue el castigo para un Central que pareció estirar la siesta en esos primeros minutos. El equipo de Pusineri, plagado de suplentes, aprovechó esa ventaja para retirarse del control de juego, dejándole al local la iniciativa y la obligación de imponer condiciones. Galeano, Rojas y Vieyra fueron apoderándose del balón y el elenco santiagueño empezó a aproximarse al área de Sosa, siendo el entusiasta Abel Argañaraz la principal opción para alcanzar el empate. La impericia, Sosa y el palo impidieron a Central Córdoba empardar el resultado que mereció largamente en esos primeros 45 minutos.
Berti no soportó las ganas de ponerlo a Ribas y lo mandó al campo apenas iniciado el complemento, corriendo a Argañaraz a la izquierda y dejando al inexpresivo Riaño en el frente de ataque. Ribas fue contraproducente para el equipo, no por su culpa, sino por sus compañeros que se vieron tentados constantemente a tirar centros desde tres cuartos de cancha, dejando de lado la paciencia para hilvanar las jugadas y buscar caminos alternativos hacía el arco del Rojo.
Se partió el juego al promediar la segunda etapa y con un cansancio evidente en ambos equipos, la mitad de cancha se transformó en una autopista sin peajes. Sin embargo, a pesar de tener jugadores más livianos, Independiente jamás complicó seriamente a Sánchez. Por su parte, Central Córdoba no encontró respuestas en el banco y las pelotas aéreas eran su principal arma. Y en la azotea casi lo empata con ese cabezazo de Banegas que Sosa atajó de manera brillante.
No mereció perder Central, pero su juego deja un sabor a poco. Pareciera que la única fórmula para hacerse ancho en el terreno es cerrar a los volantes para darle espacio a los laterales, que además tienen la obligación de ser profundos. El equipo debe tener otras variantes para lograrlo. También hay que aprender a jugar con Ribas en el campo y no enceguecerse con un cabezazo salvador.
Quedará la bronca de no haber podido ganarle a este Independiente alternativo por primera vez en la historia, pero hay que dar vuelta la página. Defensa y Justicia es el próximo escollo, y un resultado positivo es lo único que mantendrá al conjunto de Berti con serias aspiraciones en la zona.
Por el Gringo Ceballos
