Miles de catalanes marcharon contra la independencia
Cientos de miles de personas salieron hoy a las calles de Barcelona en defensa de la convivencia y de la unidad de España y en protesta contra el desafío soberanista impulsado por el Gobierno del ya destituido Carles Puigdemont.
La marcha masiva se produjo dos días después de que la mayoría independentista en el «Parlament» catalán aprobara una declaración para crear una «república soberana». El Gobierno central de Rajoy respondió el mismo día destituyendo a Puigdemont y su gabinete y convocando elecciones autonómicas para el 21 de diciembre.
Un mar de banderas españolas, catalanas y europeas llenaron el emblemático Paseo de Gracia de la capital regional en la manifestación convocada con el lema «Todos somos Cataluña» por la entidad Sociedad Civil Catalana (SCC), que cifró en más de un millón los asistentes. La Guardia urbana habló de 300.000 personas.
«Vamos a recuperar la Cataluña de todos, la plural, la que hemos construido entre todos», dijo en la cabecera de la manifestación la vicepresidenta de SCC, Miriam Tey.
El socialista Josep Borrell, ex presidente del Parlamento Europeo, advirtió en su discurso al final del acto de que la independencia sería «una catástrofe para Cataluña y también para España» y pidió votar el 21 de diciembre para «recuperar la normalidad».
También se sumaron a la marcha líderes de diversas fuerzas políticas, incluyendo la del partido liberal Ciudadanos, Inés Arrimadas, el del Partido Popular (PP) Rajoy en Cataluña, Xavier García Albiol, y el de los socialistas catalanes del PSC, Miquel Iceta.
En un clima festivo y familiar, manifestantes de todas las edades corearon «No nos engañan, Cataluña es España», «Puigdemont a prisión» y «Que viva España». En las pancartas se leían lemas como «Nos habéis robado la democracia» o «Un divorcio, mal negocio».
«Cataluña está gravemente enferma. La independencia que quieren imponer es para una parte, no para todos los catalanes», dijo a la agencia dpa Iñaki, un ingeniero de 42 años. Otros, como María, de 33, mostraron su incertidumbre sobre cómo seguirá la crisis: «Me siento desolada, porque no sé qué va ser de nosotros».
La segunda manifestación «unionista» masiva en tres semanas convocada por SCC en Barcelona tuvo también réplicas en otras capitales europeas y la etiqueta #TotSomCatalunya llegó a ser la más comentada en Twitter a nivel mundial.
Las fuerzas independentistas evitaron comentar la marcha, pero comenzaron a discutir su postura ante las elecciones del 21 de diciembre y tras la intervención de la autonomía de la región por parte de Madrid, un paso inédito en 40 años de democracia española.
La gran incógnita es si reconocerán los comicios y se presentarán, una opción que pareció defender el destituido vicejefe del «Govern», Oriol Junqueras al augurar «decisiones difíciles» para los próximos días.
«No tenemos otra opción que seguir adelante, acumular fuerzas, seguir cargándonos de razones (…) sin renunciar nunca a las urnas para validar la República y preparando, al mismo tiempo, unos futuros comicios que deben ser claves en el asentamiento de esta República», escribió en el diario «El Punto Avui».
Su Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) sería el gran ganador en las urnas, según un sondeo publicado hoy por el diario «El Mundo», aunque la caída del Partido Demócrata Europeo Catalán (PDeCAT) de Puigdemont y del anticapitalista Candidatura de Unidad Popular (CUP) dejaría a los soberanistas sin mayoría.
Las tres fuerzas caerían a un 42,5 por ciento de los votos /61 a 65 escaños), lejos de los 68 necesarios para tener mayoría absoluta en el «Parlament» y de los 72 actuales.
Las fuerzas a favor de la unidad con España -Ciudadanos, PP y PSC- aumentarían en cambio cuatro puntos hasta el 43,4 por ciento. La llave del «Govern» quedaría así en manos de Catalunya Sì Que es Pot (CSQP), marca del izquierdista Podemos, con un 11 por ciento.
En otra señal de que la intervención de la autonomía comienza a ser aceptada, las sedes de la Policía autonómica (Mossos d’Esquadra) retiraron los retratos de Puigdemont y sus consejeros destituidos desde este sábado.
La situación en Cataluña, sin embargo, sigue marcada por la incertidumbre. Las miradas apuntan ahora a mañana lunes, primer día hábil tras el cese del «Govern». Si Puigdemont o su gabinete se presentaran a trabajar en sus oficinas, podrían ser denunciados por usurpación de funciones.