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La mitad de las familias del país vive con menos de $25.000 por mes

El Indec reflejó un empeoramiento en los índices de desigualdad en la sociedad. El 10% de los hogares más ricos ya ganan 20 veces más que el 10% más pobre.

La crisis financiera y la recesión de 2018 vinieron acompañadas de una profundización de los indicadores de desigualdad. La carrera que los salarios perdieron contra los precios durante la mayor parte del año pasado golpeó el poder de compra de los ingresos, lo que provocó un aumento de la pobreza y una brecha mayor de ingresos entre la porción más rica y la más pobre de la sociedad. En ese contexto, la mitad de las familias del país viven actualmente con menos de $25.000 por mes.

Los indicadores que miden el nivel de desigualdad que existe en la sociedad empeoraron hacia fines de 2018, de acuerdo a los datos publicados por el Indec este jueves. En un año se agrandó la diferencia entre los ingresos per cápita familiar que recibe el primer decil de la sociedad, es decir el más pobre, con el décimo, el más rico. El 10% de hogares con mayor poder adquisitivo gana 20 veces más, cuando hace un año sus ganancias eran 17 veces superiores.

Dicho de otra forma, el Indec dio cuenta de que el 10% de los hogares más ricos concentraron a fines del año pasado el 32,3% de los ingresos, mientras que el 10% más pobre solo el 1,6%. A finales del 2017 esa relación era de 31% contra 1,8%.

La mayor inequidad fue reflejada además en el coeficiente de Gini, un indicador que tiene al «0» como el nivel de mayor igualdad y al «1» con el mayor desequilibrio. Ese coeficiente del ingreso per cápita familiar de las personas empeoró en el último trimestre del año hasta un valor de 0,434 puntos, contra 0,417 de igual período del 2017, que había sido uno de los mejores valores distributivos de los últimos años.

Según publicó la consultora LCG, la escalada inflacionaria tuvo distintas profundidades de impacto en los distintos deciles de la sociedad. «El ingreso per cápita promedio ($11.273 mensuales) resultó 13% más bajo que un año atrás medido en términos reales (es decir, quitando el efecto de la inflación). Pero el promedio esconde una marcada disparidad: los ingresos del decil 10 (10% de los hogares más ricos) tuvieron una caída del 9% real anual, mientras que los del decil 1 (10% más pobre) se desplomaron 22% en el mismo período».

Los cuadros de análisis del Indec que desagregan a la población en deciles reflejaron que la mitad de los hogares (deciles entre 1 y 5) vivieron hacia finales de 2018 con un ingreso total menor a los $23.900. En ese momento el costo de la canasta básica era de $26.800, aunque los economistas explican que las dos cifras no son estrictamente comparables sino que solo pueden servir como «referencia».

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