Internacional

La advertencia de Guatemala a Trump tras la muerte de dos nenes migrantes

El procurador de los Derechos Humanos de Guatemala, Jordán Rodas, le exigió a las autoridades de los Estados Unidos a que les den prioridad a los nenes migrantes retenidos en puestos fronterizos para que reciban atención médica, tras la muerte de otro chico guatemalteco, de 8 años, en custodia estadounidense.

Rodas instó al gobierno republicano a garantizar el «bienestar» y la «integridad» de los nenes migrantes, quienes deben «recibir atención inmediata en igualdad de condiciones». «Las personas migrantes deben ser reconocidas como sujetos de derechos sin importar su estatus migratorio», afirmó.

Mediante un comunicado de prensa, el funcionario sostuvo que los esfuerzos de las autoridades estadounidenses «no deben centrarse únicamente en el control de los flujos migratorios», sino en la «integridad» de las personas que migran porque en menos de 15 días murieron dos niños bajo la custodia de la Patrulla Fronteriza.

También solicitó a la Cancillería guatemalteca que «acompañe la investigación que realizarán las autoridades», para «verificar si el trato recibido y la atención proporcionada (al menor fallecido) fue la adecuada». Agregó que la Defensoría de la Población Desarraigada y Migrante dará «seguimiento» al caso «para velar tanto por el niño fallecido como por su familia», para que ambos «reciban asistencia consular y del Estado para la repatriación y la investigación de los hechos».
En 17 días murieron dos nenes

En menos de un mes, dos casos similares pusieron en jaque la dura política de control inmigratorio de Donald Trump. Jakelin Caal tenía 7 años cuando se descompensó a comienzos de diciembre en un puesto fronterizo. Sus restos fueron trasladados a su país este fin de semana. Ahora, en plena Navidad, otro nene guatemalteco de 8 años murió en condiciones similares.

El Servicio de Aduanas y Protección Fronteriza confirmó que el menor, del que aún no trascendió su nombre, se descompensó después de la medianoche del martes. El niño «mostraba síntomas de una potencial enfermedad».

El lunes había sido llevado junto con su padre a un hospital en Alamogordo, Nuevo México. Allí se diagnosticó que estaba resfriado y tenía fiebre. Se lo medicó y fue dado de alta. Sin embargo, esa misma noche, fue llevado de vuelta al hospital con náuseas y vómitos y murió poco después.

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