Especialista resaltó el beneficio del árbol para mitigar el cambio climático
Enfrentar el desafío urbano ambiental con “ciudadanos que participen en el planeamiento de espacios verdes” es uno de los ejes trazados por el municipio capitalino y la provincia, para reducir el impacto del calentamiento global.
En este marco, el municipio capitalino puso en marcha un importante plan de gestión de arbolado urbano, el cual se sostendrá para los próximos cinco años, con una visión de plantar 100 mil árboles en distintos puntos de la capital santiagueña.
A través de la Dirección de Parques y Paseos, la intendente Norma Fuentes puso en marcha para este año la plantación de 20.000 árboles a partir de un convenio existente entre el Gobierno provincial y el municipio.
Desafío central
En cuanto al diseño y estrategias urbanas para lograr un desarrollo sostenible, la intendente supo indicar que en su gestión “se hará hincapié en la plantación de cortinas verdes, con una dinámica en donde todos los vecinos tomen conciencia de la necesidad que, en los lugares con las características climáticas como nuestra ciudad, los arboles constituyen una necesidad para poder equilibrar el ambiente”. En el plano de gestión de arbolado, recientemente el municipio advirtió sobre la gravedad del “anillado” de árboles, práctica clandestina que busca provocar la muerte de los ejemplares y tendrá su sanción correspondiente.
Aporte ambiental
Considerando los múltiples beneficios que otorgan los árboles, EL LIBERAL recurrió al ingeniero forestal y ex docente de la Facultad de Ciencias Forestales de la Unse, Alberto Villaverde, quien reconoció que “hasta hace poco tiempo, los planes de arbolado tenían como único objetivo el mejoramiento estético; hoy, se busca lograr otros beneficios, tanto ambientales como sociales y materiales”. No obstante, condenó la práctica clandestina del “anillado” sobre arboles, entre otros casos como “la aplicación de querosén o la mala ejecución de las podas que provocan un grave daño”, lamentó.
A largo plazo
Los fuertes calores que por estos días se sufre en la provincia obligan a pensar cómo planificar vivir en una ciudad más armoniosa con el ambiente. “Sabemos que el árbol tiene un beneficio a largo plazo. Es un ser vivo que merece mucho cuidado, y considerarlo como un servicio público que tendrá su beneficio, como ocurre con los eucaliptos que fueron plantados en 1903 y con los años tuvo sus beneficios. Esa es la visión a largo plazo que debemos tener con los árboles, y en esto, es fundamental la participación del vecino de la ciudad”, apuntó el especialista.
En el trabajo Gestión de Arbolado Urbano Público (2005), realizado a través de Facultad de Ciencias Forestales de la Unse, Villaverde señala que “los árboles ubicados en las veredas de las calles son los más expuestos al tránsito peatonal y vehicular, a las podas inadecuadas, a la carencia de luz, al suelo impermeable, por lo que debe tener cuidados especiales”.
También, remarcó que un plan de arbolado urbano “debe tener objetivos y recomendaciones, como por ejemplo: mejorar la calidad de vida de la población urbana; mantener el espacio urbano público; contar en la ciudad con 10 m2 de espacio verde por habitante, según recomendación de la Organización Mundial de la Salud; cuidar que los árboles dispongan del espacio aéreo y subterráneo necesario para su desarrollo normal; evitar plantaciones de árboles en veredas angostas; tener en cuenta el soleamiento al proyectar las plantaciones y al elegir las especies, siendo fundamental la sombra en verano y el sol en invierno; utilizar preferentemente las especies nativas y las acomodadas al ambiente urbano local”.
A su vez, consideró necesario “establecer para cada calle el porte de árbol y la especie a utilizar, indicando si la plantación será en una o en ambas veredas de las calles; definir si la plantación será con una única especie por calle, con especies diferentes intercaladas o totalmente mixta, teniendo en cuenta únicamente portes similares”; entre otros detalles claves.